El incendio de Son Font, que ha calcinado unas 80 hectáreas de
bosque y obligó al desalojo de 70 casas de esa urbanización de
Calvià, quedó oficialmente controlado ayer. Ahora las
investigaciones se centran en conocer el origen del fuego y no se
descarta que hubiera sido intencionado. Finalmente, los habitantes
de los chalets de la urbanización de Son Font que fueron
desalojados a causa de la proximidad del fuego pudieron dormir en
sus casas la pasada noche, una vez pasado el peligro, sin que
afortunadamente se quemara ninguna de sus viviendas.
Efectivos policiales permanecieron por la noche en la
urbanización para ayudar en caso de necesidad a los vecinos ante
cualquier emergencia a raíz de este incendio, que comenzó el
miércoles. De hecho, para muchos residentes la noche fue larga y
temieron que el fuego se reavivara. Medios aéreos y brigadas
terrestres y del Instituto Balear de la Naturaleza (IBANAT)
continuaron trabajando durante la jornada de ayer para refrescar la
zona y con el objetivo de que el incendio sea declarado
oficialmente como extinguido en las próximas horas. Los medios
aéreos que participaron en las tareas de extinción son: dos
helicópteros, un airtractor y un dromadair, reforzados en tierra
por efectivos del Ibanat y del Cuerpo de Bomberos de Mallorca.
Técnicos del Ibanat calcularon por la mañana el perímetro de
pinar y monte bajo quemado y estudiaron las causas que hayan podido
provocarlo. En este sentido, no se descarta la intencionalidad dado
que el fuego se declaró simultáneamente en cuatro focos distintos.
Asimismo, el Ayuntamiento de Calvià se felicitó porque ha sido
posible preservar de las llamas la zona de Son Sastre, de gran
valor ecológico y ambiental.
Al lugar del suceso se desplazaron el president del Govern,
Francesc Antich, la consellera de Medi Ambient, Margalida Rosselló,
y la alcaldesa de Calvià, Margarita Nájera. Con respecto a los
daños materiales, tres viviendas del camino de Son Sastre
resultaron afectadas en su zona ajardinada; cinco del Camino de Ca
Na Martina con las placas solares y los sistemas de riego
alcanzados, y cuatro chalets más del Camino de ses Llebres
presentaban canaletas quemadas o cristales de las ventanas
resquebrajados. Además, un poste del tendido eléctrico resultó
abrasado.
Una noche larga para los vecinos
Los vecinos de la urbanización de Son Font, a unos dos kilómetros
del pueblo de Calvià, no pasaron ayer una noche fácil. El recuerdo
de la dura jornada y, sobre todo, la sensación de que habían estado
a punto de perder sus chalets hizo que muchos residentes no
pudieran conciliar el sueño en toda la noche. Otros, en cambio,
temían que el fuego se reavivara y en más de una ocasión, en plena
madrugada, se levantaron para comprobar que la montaña estaba en
calma. «Lo pasamos realmente mal porque no sabíamos si nuestras
casas arderían o no. Lo que no es de recibo es que la montaña esté
tan sucia y que no haya más cortafuegos», opinó uno de los
residentes.
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