La víctima tenía 19 años y residía en Llucmajor. Foto: A. SEPÚLVEDA.

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Alrededor de las nueve de la noche del pasado viernes Francisco Sobrino, de 19 años de edad, se encontraba con unos amigos en el mirador de Bahía Grande. Debido a causas que se están investigando, pero que fueron accidentales, el joven se precipitó al vacío por el acantilado. La central del COS de la Guardia Civil recibió una llamada de auxilio y a través del 112 se movilizó todo el operativo de rescate. Al lugar se desplazaron los componentes del Grupo Especial de Rescate en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, así como bomberos del CIM y una ambulancia, que no resultó ser necesaria.

Los componentes del GREIM descendieron en rappel por el acantilado y localizaron el cuerpo ya sin vida del joven, en una repisa y a 100 metros del mirador y a unos 50 del mar. Debido a la vegetación, los desprendimientos de rocas y la falta de luz, se tomó la decisión de bajar el cadáver hasta el mar, donde un dispositivo formado por efectivos de los GEAS y del Servicio Marítimo de la Guardia Civil se encargaron de evacuarlo hasta el Club Náutico de s'Arenal.

El descenso por el acantilado lo llevaron a cabo especialistas del GREIM y un bombero del CIM. Una vez en el club náutico se procedió al levantamiento del cadáver una vez obtenida la autorización de la autoridad judicial. El cuerpo fue trasladado al depósito municipal en donde se le debe de practicar la autopsia. La Guardia Civil se ha hecho cargo de las investigaciones que motivaron el fatal accidente. Oficialmente no se ha facilitado información al respecto, aunque todo parece indicar que el suceso ocurrió debido a una posible imprudencia.