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EFE-KIEV
Al menos 36 mineros murieron ayer a consecuencia de un explosión de metano en una mina de carbón en el Este del país, tragedia que revela la falta de seguridad en el sector hullero de Ucrania, que cada año se cobra más de 300 vidas. Según los últimos datos ofrecidos por las autoridades, otros 14 mineros se encuentran desaparecidos, lo que hace temer que el número de víctimas mortales pueda alcanzar el medio centenar. La explosión se produjo en Zasiadko, una de las 209 minas de la cuenca hullera de Donetsk, a las 09.50 hora local, cuando en las galerías afectadas por el accidente se encontraban 257 trabajadores.

Los equipos de socorro, que habían llegado a unos cien metros de distancia del lugar donde se produjo la explosión de grisú (metano desprendido del carbón), habían conseguido evacuar a la superficie a más de 150 mineros, 17 de ellos con quemaduras de diversa consideración. Los trabajos de rescate se veían entorpecidos por los derrumbes y las altas temperaturas, de hasta 150 grados centígrados, producto de un incendio que sucedió a la explosión.

No es la primera vez que la desgracia se ceba en Zasiadko: el 24 de mayo de 1999 allí se produjo una de las peores tragedias en la historia de la minería ucraniana, cuando otra explosión de grisú mató a 50 mineros. Las estadísticas oficiales señalan que cada millón de toneladas de carbón extraído en la cuenca hullera de Donetsk cuesta la vida a cuatro mineros.

En lo que va de año, sin contar el accidente de ayer, en las minas ucranianas habían muerto 140 trabajadores. En marzo del año pasado se produjo el mayor accidente de que tiene registro la historia de la minería ucraniana: 80 trabajadores murieron en una explosión de grisú en la mina Barákov. Según la Inspección de Seguridad Laboral de Ucrania (ISNU), el 75 por ciento de las minas de la cuenca de Donetsk son de altísimo riesgo por las emanaciones de grisú.