El titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Palma ha ordenado
la prisión incondicional para Antonio Martí Ferrerons, el pederasta
de 24 años que se encontraba en libertad condicional y
supuestamente abusó de un menor en la playa de Ciudad Jardín, tal y
como informamos en la edición de ayer. El pederasta condenado había
recurrido la sentencia de varios años de cárcel por abusar de dos
niños y en la actualidad trabajaba como camarero, a la espera de
una decisión del Tribunal Supremo.
El pasado viernes, sin embargo, reincidió y se llevó en su coche
-un Mazda de color gris- a un menor de diez años que estaba jugando
en la calle. La excusa para convencerle de que subiera a su
automóvil fue la que habitualmente empleaba en los otros casos
conocidos: hacerse pasar por entrenador de fútbol. Antonio y la
víctima pasaron una hora y media a solas, al parecer cerca de un
torrente de Ciudad Jardín y durante ese tiempo, según relató el
menor, se produjeron los abusos sexuales.
El adulto, presuntamente, le exigió que se tumbara boca abajo,
le untó con aceite el muslo izquierdo y le dijo que le tocaba
porque tenía «unos problemas musculares». El niño, entonces, le
pidió que le dejara marchar y el pederasta le respondió:
«Tranquilo, que estamos en la recta final». Con lo que no contaba
el sospechoso es que la madre del adolescente tomó la matrícula de
su coche y luego, cuando la víctima contó lo sucedido, se la
comunicó a la policía. De esta manera los agentes del SAF (Servicio
de Asistencia a la Familia) pudieron detener a Antonio Martí. El
joven se negó a prestar declaración ante los inspectores, tal y
como hizo en sus arrestos anteriores, y al día siguiente fue
trasladado al Juzgado de Guardia.
El pederasta se encontraba en libertad condicional y el juez
decretó de inmediato su ingreso incondional en prisión. Las fuentes
consultadas por este periódico explicaron ayer que durante cinco
días el pederasta permanecerá en observación, aislado del resto de
reclusos y luego se decidirá en qué módulo ingresa. El caso de
Antonio Martí provocó hace más de un año cierta psicosis entre
familias de Son Gotleu, donde se registraron varios raptos. Las
madres de los niños agredidos entonces exigieron justicia y que el
pederasta ingresara en prisión, algo que no ocurrió hasta el
sábado.
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