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«Sorpresa», «indignación» o «estamos hartos de esta situación», son algunas de las reacciones de los representantes de los colectivos que durante meses se han movilizado por la presencia de las prostitutas en sus calles, al conocer ayer el auto que deja en libertad a trece de las prostitutas callejeras que estaban en centros de internamiento de Murcia. Desde la Plataforma Antidelincuencia y la Asociación Hotelera de la Platja de Palma, «se ha recogido con preocupación y sorpresa la decisión judicial.

La Asociación y la Plataforma ha encargado a sus servicios jurídicos que abran una investigación para aclarar las razones de estas contradictorias decisiones judiciales, que acatamos pero no compartimos, y que lo único que provocan es estupor entre los residentes y turistas de la zona, y desánimo en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que están intentando solucionar el grave problema de inseguridad y alarma social que existe en la Platja de Palma».

María Cristina Olmedo, de Cas Capiscol-El Amanecer, manifiesta que el auto ha sentado «fatal» entre los vecinos de la zona donde se ubica el Hipódromo de Son Pardo. «Cuando los policías solucionan el problema resulta que los jueces lo dejan todo como estaba. No hay quien los entienda», declara María Cristina.

Para Dolors Coll, de la Plataforma Ciudadana Velázquez, Porta de Sant Antoni y Calles Adyacentes, «para entender la problemática hay que vivir en la misma calle donde se colocan estas prostitutas. Me sorprende la decisión judicial y veo que una de las magistradas tiene un pasado de izquierdas. Yo también lo soy, pero digo claramente que para empezar a respetar a toda esta gente y colectivos, como el 'Lobby de Dones', que nos critican cuando protestamos por la situación que vivimos, voy a hacerlo sólo cuando la prostitución callejera se coloque delante de sus casas y ellos, o ellas, lo acepten de buen grado». «En nuestra zona estamos ya 'quemados' por esta situación».