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Una familia que dormía en su piso de la barriada de sa Vileta, en Palma, pudo salir ayer ilesa de un incendio que se declaró en la galería de la vivienda al arder el calentador del gas, según explicó un portavoz del Cos de Bombers. La casa, un primer piso, está ubicada en la calle Mossen Antoni Mateu, a la altura del número 1, y a eso de las 7.30 horas los inquilinos se despertaron sobresaltados al escuchar ruidos sospechosos y advertir un intenso olor a quemado. Tras registrar las dependencias descubrieron que la galería estaba en llamas y el fuego salía a presión hacia el exterior, alimentado por el calentador del gas que estaba ardiendo. La familia reaccionó con el lógico nerviosismo y todos sus miembros abandonaron la casa ante el temor a que se produjera una detonación, según contaron fuentes de los bomberos.

Un denso humo se coló por la escalera interior del edificio de cuatro plantas, lo que provocó la alarma de los residentes. La Policía Local y el Cos de Bombers recibieron varias llamadas telefónicas alertando del siniestro y en pocos minutos varias dotaciones se desplazaron hasta sa Vileta para auxiliar a los afectados y sofocar las llamas. Los agentes confirmaron en primer lugar que en el interior del primer piso siniestro no había quedado nadie atrapado y, luego, procedieron a iniciar las tareas de extinción, que se prolongaron hasta casi las nueve de la mañana.

El estrépito de las sirenas y el trasiego de las dotaciones de bomberos y policía despertó a casi todos los vecinos de aquella calle, que en un primer momento pensaron que se trataba de un incidente con más consecuencias de las que al final tuvo. Los dueños de la vivienda, mientras tanto, permanecieron en la calle, observando cómo se realizaban los trabajos y tremendamente angustiados. Los daños en el piso fueron cuantiosos, pero se limitaron sobre todo a la galería, que quedó destrozada, y a la cocina. El resto de la vivienda se vio afectada por el humo, que ennegreció paredes y techos. Desde la parte trasera del edificio también eran visibles los desperfectos ocasionados por el fuego, que reventó cristales y salió en forma de llamarada al exterior. Los bomberos, por último, ventilaron la escalera de la finca y abrieron ventanas y puertas para que los vecinos pudieran regresar a la normalidad, tras un amanecer de sobresaltos.