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Cuando la cantidad de tramites necesarios se han conseguido efectuar, y parece que ya sólo queda subir a un avión al 'sin papeles', delincuente o no, surge otro problema. La policía tiene que ponerse de acuerdo con grupos de Extranjería de otras jefaturas de España, para conseguir reunir a una cifra de personas con las que llenar un avión. El aparato se fleta con el exclusivo fin de la repatriación. Y todo esto tiene que conseguirse unificar en los plazos marcados por la ley, en cuanto a las tramitaciones de los expedientes de expulsión y los 40 días de plazo máximo para que el afectado pueda estar en un centro de internamiento.

Además de todos estos factores, está claro que los costes económicos son muy elevados y, puede y ocurre con frecuencia, que las personas que han sido expulsadas vuelvan a aparecer en España. En otros casos, cuando las expulsiones afectan a uno o dos extranjeros, los problemas vuelven a aparecer en forma de trabas burocráticas y deficiencias de las leyes. A modo de ejemplo, a finales del pasado mes se consiguió reunir todos los documentos necesarios para expulsar a un rumano. Cuando fue custodiado por la policía hasta un avión en Son Sant Joan, un responsable de la compañía aérea se negaba a aceptarle en el pasaje.

En otras ocasiones, hay paises que pretenden que los repatriados viajen custodiados por policías españoles. Como se ve, los problemas son innumerables y eso lo saben los afectados que, cuando vienen a la Isla con la intención de delinquir, lo primero que suelen hacer es deshacerse de sus documentos acreditativos. También es de destacar que muchos 'sin papeles' han sido arrestados en Mallorca en 40 y hasta 50 ocasiones y ahí siguen...en la calle.