«Miguel me gritó que bajara del coche, pero supe que si lo hacía
era hombre muerto». Francisco Salvador Quereda Lorente, el
empresario tiroteado el viernes en el polígono de Can Valero, salió
ayer de la UCI y explicó a Ultima Hora los
pormenores del brutal ataque, que le ha dejado secuelas de cierta
consideración.
El industrial contó que el agresor, Vicente Miguel E.S., que en
la actualidad se encuentra en prisión, mantuvo una relación laboral
con él a raíz de la compra de dos ordenadores. «Ese hombre vendía
material informático y yo le compré algunos equipos. Luego me di
cuenta de que me estaba estafando y puse una denuncia contra él en
el Juzgado número 6 de Palma. Cuando supo que lo había denunciado
él también hizo lo mismo, pensando que podría cobrar algo»,
manifestó. El pasado lunes el acusado se puso en contacto con el
abogado de Francisco Salvador y le advirtió que si no le entregaban
más de 2.000.000 de pesetas iba a salir «de cacería». «Yo tenía muy
claro que algún día iba a venir a por mí, pero ¿qué podía hacer?»,
opinó el empresario, de 55 años. La víctima relató que antes de ser
tiroteado había sido amenazado en numerosas ocasiones y añadió que
«últimamente ya ni cogía el teléfono en el trabajo y hace poco me
colocó silicona en la cerradura del camión. La verdad es que ha
sido un calvario».
El viernes Francisco Salvador llegó a su empresa de aluminio a
bordo de un Alfa Romeo y de repente vio que le estaba esperando
Vicente Miguel, armado con una pistola. «Me gritó que bajara del
coche, pero supe que si lo hacía era hombre muerto. Al menos dentro
del coche me podía cubrir con las manos y entre él y yo había el
cristal, que aunque no sirviera de mucho me podía proteger algo»,
apuntó. El industrial recibió tres disparos, dos en los brazos y
uno en la cabeza, y luego observó cómo el atacante huía a toda
velocidad.
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