Una vecina de la calle Jaume Ferrer de Palma, junto a la plaza
Atarazanas, recibió el pasado miércoles una carta sospechosa que
contenía unos polvos blancos "que resultaron ser azúcar" y que
motivó la intervención policial. Vecinos de sa Llonja explicaron
ayer que a las siete de la tarde una unidad del Cuerpo Nacional de
Policía, en concreto del MIP-E, se desplazó a una finca antigua de
cuatro alturas para entrevistarse con una de sus inquilinas, que se
encontraba muy nerviosa porque acababa de recibir un sobre con el
siguiente mensaje: «Muchas Felicidades».
La fecha no coincidía con el cumpleaños o el santo de la
afectada, una señora de unos 50 años, por lo que se alarmó al
pensar que podía contener ántrax y llamó al 091. «La mujer estaba
muy inquieta, pero luego apareció un vecino y dijo delante de la
policía que había sido él, y que todo había sido una broma», añadió
un comerciante de la zona.
El residente en cuestión reconoció a la policía que había
introducido azúcar en la misiva, aprovechando la psicosis tras los
atentados del 11 de septiembre, aunque sin pensar que la
destinataria se iba a asustar tanto. El hombre añadió que se
arrepentía «profundamente» de la broma de mal gusto y aseguró que
no era consciente del barullo que se iba a organizar. La policía
informó del incidente al juzgado de guardia, por si se derivaban
responsabilidades penales en el comportamiento del «bromista», y la
carta fue precintada como prueba inculpatoria.
Ayer este periódico se puso en contacto con la afectada, que
declaró que «es mejor dejarlo, todo ha sido un malentendido y ya
está arreglado. Prefiero no hacer ningún tipo de
declaraciones».
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