De momento el misterio más absoluto envuelve este caso, pero hay
una serie de datos que han sido constatados y que revisten cierto
interés. Por un lado, la policía ha confirmado que de su casa
próxima a la calle Aragón falta un ordenador portátil, la tesis
doctoral que realizaba sobre El Quijote y una colcha y una sábana.
La licenciada en filología hispánica vivía sola y, por tanto, es
difícil saber a ciencia cierta si otros efectos han desaparecido o
símplemente Ana Eva los dejó a alguna amiga o, en el caso de la
ropa, la llevó por ejemplo a una lavandería.
Otro aspecto que ha trascendido es que las cuentas corrientes de
la profesora no han sido alteradas desde su desaparición y Eva
María no disponía de grandes cantidades en efectivo, por lo que es
bastante extraño que pudiera abandonar la isla voluntariamente. En
la madrugada del sábado 20 al domingo 21 la joven salió con una
amiga y luego la acompañó en coche a su casa. A continuación se
dirigió hacia la suya y aparcó el turismo muy cerca. La policía no
tiene dudas de que llegó a entrar en la vivienda porque allí han
aparecido las llaves del automóvil.
De esta manera, si el coche sigue estacionado en la calle y Ana
Eva no sacó una cantidad fuerte de dinero del banco la conclusión
es que no pudo ir muy lejos, al menos de forma voluntaria. La
profesora impartía clases en el colegio de Santa Mónica, colaboraba
con otros centros docentes y por las tardes daba clases
particulares.
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