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J. JIMÉNEZ Sobre las dos de la madrugada del sábado al domingo la centralita telefónica del 091 fue alertada de un atraco con arma blanca en las inmediaciones del parque de sa Feixina, en Palma. Cuando llegó la policía el hampón ya había huido, pero los agentes se entrevistaron con la víctima (a la que le sustrajo dinero y un teléfono móvil) y obtuvieron sus características físicas. Tres horas después, a las 5.00 horas, una dotación policial que circulaba por la calle Joan Miró fue requerida urgentemente por dos jóvenes, que refirieron que acababan de ser asaltados por un individuo que portaba un gran cuchillo de cocina y que les había robado dinero.

Los muchachos explicaron que había huido corriendo en dirección a la calle Camilo José Cela y los agentes se fueron tras él. Testigos presenciales relataron que el delincuente, de una veintena de años, fue detectado en aquella calle, pero que hizo caso omiso a las indicaciones para que se detuviera de los policías. Durante su alocada carrera arrojó el cuchillo de cocina utilizado supuestamente en los dos atracos anteriores, aunque luego, lejos de deponer su actitud, se encaró con sus perseguidores y se empleó con gran violencia. De hecho, los tres policías que trataron de reducirlo sufrieron contusiones en distintas partes del cuerpo y resultaron lesionados durante la trifulca.

Al final, sin embargo, consiguieron inmovilizarlo e introducirlo en un coche patrulla, donde el sospechoso continuó manifestándose de forma agresiva y golpeó las puertas y los cristales. Según parece, se trata de un delincuente habitual que sufre una fuerte adicción a las drogas y que en breve será sometido a una rueda de reconocimiento.