«Llévame a tu casa, Quique y mamá están discutiendo mucho y le
grita palabras feas». La frase, harto esclarecedora, la pronunció
un niño de tres años al ver cómo una policía entraba en su casa
para interesarse por unos supuestos malos tratos domésticos.
El pasado día 1 de este mes una mujer acudió al Servicio de
Asistencia a la Familia (SAF) del Cuerpo Nacional de Policía y
denunció que su esposo, Enrique A.M., un peruano de 25 años, la
venía sometiendo a diario a malos tratos físicos y psicológicos,
consistentes en vejaciones, insultos y agresiones. La denunciante
añadió que aquel comportamiento agresivo comenzó al poco tiempo de
casarse y que hace un tiempo ya lo denunció porque la había
amenazado con un cuchillo de cocina, aunque luego retiró la
denuncia.
De acuerdo con los datos facilitados por el portavoz de prensa
de la Jefatura, dos días después de esa declaración varios
funcionarios del SAF se desplazaron a la casa de Palma del
matrimonio y cuando entraron un niño de tres años se dirigió a una
de las policías y le espetó la frase antes mencionada. Tras este
detalle y las imputaciones de la mujer los agentes procedieron a la
detención de Enrique A., que al parecer negó que sometiera a
palizas a su esposa.
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