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JAVIER JIMÉNEZ-ASSUMPTA BASSA
La víctima, de 21 años de edad, trabaja como pulidora de perlas en la fábrica de Majórica de Manacor y el pasado día 26, por la mañana, tomó la botella de agua envasada que acostumbra a llevar al trabajo y bebió de ella. Se trataba de un envase de litro y medio y la joven, enseguida, se dio cuenta de que no era agua: la garganta comenzó a quemarle y de súbito se sintió indispuesta.

Sus compañeras fueron las primeras en atenderla y tras comprobar que su estado empeoraba decidieron trasladarla a una clínica para que fuera atendida. El grupo que la acompañó se llevó consigo la botella, que desprendía un fuerte olor a pegamento. Los facultativos que atendieron a la empleada de Majórica determinaron que había consumido un líquido -en este caso agua mezclada con una sustancia tóxicaque resultó ser pegamento. Sin embargo, y por fortuna para la joven que ingirió el líquido, la cantidad vertida en la botella no fue suficiente para dejarle secuelas irreversibles, aunque sí le provocó una intoxicación y quemaduras interiores de carácter leve.

Durante varios días los médicos siguieron la evolución de la paciente, que en la actualidad ya tiene el alta médica y se ha reincorporado a su puesto de trabajo. El Cuerpo Nacional de Policía tuvo conocimiento de lo ocurrido después de que la mujer presentara una denuncia en la comisaría y dada la gravedad de los hechos abrió de inmediato una investigación para determinar, en primer lugar, quién había introducido la sustancia nociva y por qué motivo. Un juzgado de Manacor también ha abierto diligencias al respecto y la víctima, en su denuncia, ha implicado a una compañera de trabajo como supuesta responsable del ataque.