La víctima, un conocido maestro del trabajo de la piedra seca,
vivía solo en una planta baja del número 41 de la calle Mossen
Galmés, en la carretera de Artà a Manacor. Era viudo y no tenía
hijos, pero una de sus hermanas el viernes por la tarde encontró
extraño que no contestara a sus llamadas y acudió a la casa, que
estaba cerrada. Por la noche tuvo lugar el funeral del hermano de
su cuñado, y la ausencia de «Parrino», apodo por el que era
conocido en Sant Llorenç, alarmó definitivamente a sus familiares,
que regresaron a la planta baja acompañados de la Guardia
Civil.
Allí, en la sala, frente al televisor, encontraron el cadáver
del jubilado, con un fuerte golpe a la altura del occipital, que le
había provocado una gran hemorragia. Inmediatamente, el caso pasó a
manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que precintó la
vivienda y la custodió para seguir el sábado por la mañana con la
inspección ocular, ya que la ausencia de luz había dificultado esa
tarea. A primera hora de ayer los equipos de Palma, Manacor y Artà
«peinaron» algunos corrales próximos a la calle Mossen Galmés, en
especial uno ubicado en la calle Ponent y que comunica con el de
Mateu Salas. De hecho, los investigadores tienen la certeza de que
el homicida accedió a la vivienda a través de uno de los jardines
próximos; luego, se coló en la planta baja y encontró a «Parrino»
sentado frente a la televisión, quizás adormilado.
La inspección, que se prolongó durante todo el día, se extendió
a contenedores y papeleras próximas, ya que la Guardia Civil piensa
que el agresor, en su huida, arrojó el arma homicida, que podría
ser un objeto contundente. Un juez de Manacor ha abierto
diligencias por el crimen y ahora se está a la espera de los
resultados de la autopsia para conocer más detalles sobre lo
ocurrido al maestro de pared seca. Al cierre de esta edición no se
habían practicado detenciones.
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