El tiroteo entre miembros de dos familias ocurrido en el mes de
marzo del 2000 en Camp Rodó, popularmente conocido como «Corea»,
fue consecuencia de la aplicación de la «ley gitana». Los tres
presuntos autores del tiroteo, los hermanos Juan Antonio y Ramón
F.C, y Antonio S.S., dispararon contra los miembros de una familia
rival, que se dedica al mismo negocio (la venta de chatarra) y con
los que habían mantenido una disputa días antes ocurrir los
hechos.
Según Juan Antonio F.C., el único que está en prisión, «es mala
gente», al referirse al jefe de la familia rival, «porque se cagó
en nuestros muertos y eso para nosotros es algo sagrado». El joven,
al igual que los otros dos acusados, negó que él hubiera disparado,
y tras confundirse con las horas en las que se produjo el suceso,
afirmó que fue su vecino el que disparó contra su domicilio.
«Cuando llegué a casa mi madre lloraba. Escuché disparos y vi a mi
vecino armado con una escopeta».
Sin embargo, los dos testigos dijeron que vieron a los tres
acusados disparando contra su casa (en la que había varios
menores), aunque ninguno de los de ellos quiso entrar en detalles
del suceso. De hecho, el padre de familia dijo que, aunque fue
amenazado, no quiso denunciarlo «porque somos gitanos y estos
problemas los solucionamos con nuestra ley».
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