El accidente se produjo a medio camino del trayecto, cuando el
avión, un chárter militar, sobrevolaba a 2.200 metros de altitud
las provincias de Kasai, según la misma fuente.
Este avión había sido fletado por el Ejército congoleño, aunque
iba pilotado por una tripulación rusa. Después de abrirse la puerta
a tanta altura el avión dio media vuelta y aterrizó en el
aeropuerto de la ciudad de Kinshasa. Entre los pasajeros figuraban
elementos de la Policía de Intervención Rápida (PIR) y miembros de
sus familias.
Según uno de los responsables de una pequeña compañía aérea de
Lubumbashi, contactado por teléfono desde Nairobi, y que quiso
permanecer en el anonimato, «la puerta se abrió en pleno vuelo».
Esta persona aseguró también que «mucha gente que viajaba en el
avión fue aspirada». El aparato aterrizó en Kinshasa sin problemas.
Los pasajeros eran militares o civiles que querían viajar con
tarifa baja», añadió este responsable.
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