El ministro de Defensa, Federico Trillo, visita el lugar del accidente.

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AGENCIAS-TRABISONDA/MADRID
En una ladera que aún huele a queroseno quemado, a unos 1.200 metros sobre el nivel del mar, se esparcen entre la niebla infinidad de restos del aparato: chalecos salvavidas, zapatos, guantes, ropa, hojas de periódico, insignias divisas militares y partes de fuselaje calcinado, del que pueden distinguirse la cola, un pedazo de ala y el tren de aterrizaje. Trillo visitó personalmente la zona, donde pudieron encontrarse el sombrero de campaña del jefe de prensa de Defensa en Kabul, el comandante Antonio Novo, o la sobrecubierta del libro «El Rey», de José Luis de Villalonga. El accidente se produjo de noche, con tormenta y niebla, después de que el piloto hubiera intentado por segunda vez el aterrizaje en el aeropuerto, situado orillas del Mar Negro y próximo a unas montañas escarpadas.

Al parecer, según las primeras investigaciones, en la salida del segundo intento, el piloto giró hacia las colinas en lugar de virar hacia el mar para reiniciar la maniobra de aproximación a la pista. «Sobre las causas, basta ver cuál es el estado de esta montañas y su proximidad al aeropuerto para que, según parece, el piloto, en un segundo intento, se desvíe equivocadamente», explicó el ministro, quien insistió en que esta deducción es «provisional» El piloto estuvo en todo momento en contacto con la torre de control del aeropuerto, que tiene todos los sistemas de ayuda. El Yakovlev-42 se contrató por medio de la agencia de transporte de la OTAN, NAMSA, debido a la carencia de medios aéreos de transporte estratégico de los países europeos. La investigación, que dirige el fiscal general de Turquía será «detallada y lenta», anunció Trillo, quien destacó el trabajo de identificación de cadáveres a cargo de tres equipos de España, al mando del general de división Vicente Navarro, Turquía y Ucrania.

El ministro español regresó ayer a España desde Trabisonda, adonde llegó el lunes con equipos médicos y de investigación, que permanecen en la zona. Federico Trillo aseguró que hay que esperar al análisis de la caja negra del avión ucraniano para conocer las causas del siniestro. El ministro, que subrayó la seguridad de las aeronaves, rechazó alusiones al «bajo coste pretendido» y a la «adquisición y uso de estos aviones» a través de la agencia NAMSA de la OTAN. Añadió que el modelo de avión que sufrió el siniestro es «lo mejor que se puede contratar». Se espera que los cuerpos de los fallecidos estén de regreso en España hoy. El ministro turco de Defensa, Vecdi Gonul, confirmó ayer que se encontraron las tres cajas negras del aparato siniestrado. Federico Trillo insistió en que «no parece» que el avión «y menos su marca o procedencia» sean «la causa de la catástrofe». «La única consecuencia que se puede sacar es que necesitamos incrementar nuestras propias capacidades de transporte pero no que los aviones sean malos», afirmó el ministro, que recordó que son 140 países los que utilizan este tipo de aeronaves.

Trillo rechazó culpar del siniestro a la tripulación, ya que sería «injusto» achacar el accidente «a vidas ya sesgadas». Trillo explicó que «los jueces determinarán finalmente cuáles fueron las causas de este accidente». El ministro aseguró que «la Agencia de Transporte Aéreo Estratégico de la Alianza Atlántica (NASAM) contrata los aviones ucranianos por su buen estado, las inspecciones, el mantenimiento y la revisión de su estado de vuelo.

Dos aviones C-130 'Hércules' del Ejército del Aire partieron ayer de la Base Aérea de Zaragoza con destino a Turquía para repatriar los cadáveres de los militares españoles fallecidos. Está previsto que los aviones estén de regreso en la base de Torrejón de Ardoz a última hora de la noche de ayer o hoy por la mañana.