El comandante militar español José Manuel Ripollés Barrios, que
murió el pasado lunes en el accidente aéreo en Turquía al
estrellarse el avión que llevaba a un grupo de militares a España,
había denunciado a través de un e mail el mal estado del aparato.
Esta denuncia, según publicó ayer la edición digital del periódico
«El Mundo», la escribió cuatro días antes de que el avión Yakovlev,
propiedad de una empresa ucraniana, emprendiera el viaje desde
Afganistán a España llevando a bordo a 62 militares españoles que
regresaban tras realizar una misión humanitaria. El comandante
fallecido explicó en su e-mail las sensaciones que tenía antes de
subirse a este avión.
Su hermano Carlos, en declaraciones al citado periódico, señala
que el mensaje es la mejor prueba del miedo que tenía el militar
español en subirse a este tipo de avión. Según cita el periódico
digital, este sentimiento también compartían otros mandos de la
unidad. «Sólo con ver las ruedas y la ropa tirada por la cabina de
la tripulación te empieza a dar taquicardia», escribió el
comandante en su mensaje electrónico. Su hermano señaló que el
hecho de que citara la presencia de esta ropa es que la cabina se
utilizaba como litera, cosa que está prohibido. El comandante
señala en su carta que el aparato que debía devolverles a casa no
es de «los nuestros», sino de los «alquilados a un grupo de piratas
aéreos que en condiciones límites transportan nuestro material y
personal».
Ripollés recordaba que un avión de similares características
había sufrido un accidente el 10 de mayo en el Congo al abrirse las
puertas en pleno vuelo. El incidente se saldó con la muerte de 150
pasajeros.
Por otra parte el Estado Mayor de Defensa, a través de una nota,
explicó que el Ejército, debido a que España no cuenta con aviones
de transporte estratégico, formalizó un contrato con la agencia
NAMSA, de mantenimiento y apoyo logístico de la OTAN.
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