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Francisco M.M., un joven toxicómano de Eivissa, fue juzgado ayer en Palma ante un jurado popular acusado del asesinato de un minusválido, al que supuestamente arrojó por un acantilado tras lanzar la silla de ruedas. El suceso ocurrió en el mes de abril del pasado año. La víctima murió desangrada tras sufrir múltiples fracturas al caer desde unos 15 metros de altura.

El acusado reconoció ayer que la tarde de los hechos acompañó a la víctima hasta el lugar conocido como Illa Plana. «Me ofreció 50 euros para realizarle masturbarle y fue él (la víctima) quien me dijo que fuéramos a un cortijo que él conocía». El acusado y la víctima, Antonio Navarro Muñoz, recorrieron unos tres kilómetros de distancia. El joven empujó la silla de ruedas de la víctima, pero antes de llegar al lugar del crimen, se pararon en un bar para tomar alcohol. El acusado afirmó que le realizó una masturbación al minusválido. «Me dijo que me subiera encima de él porque pretendía penetrarme.

Yo le dije que no y me contestó que no me pagaría». Francisco M.M. mantuvo que «le quité el dinero del bolsillo de la camisa, dí un empujón a su silla de ruedas y salí corriendo». El acusado afirma que no vio que el hombre se caía por el precipicio, si bien su versión no coincide con lo que presenció un testigo que se encontraba pescando en la zona, que vio primero como caía una silla de minusválido plegada y segundos después lo hacía la víctima.