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EFE-ANDORRA
La niña que murió asfixiada el pasado lunes dentro de un coche en la localidad andorrana de Escaldes Engordany, pasó siete horas en el vehículo, estacionado en un aparcamiento público y descubierto, porque su padre se fue a trabajar y olvidó llevarla a casa de la canguro.

Según ha informado la Policía Andorrana, el padre de la niña, de 18 meses de edad, fue detenido el mismo lunes acusado de un delito de homicidio por imprudencia y pasó a disposición del juez, que decidió dejarlo en libertad.

La autopsia practicada al cadáver de la niña determinó que ésta había muerto por asfixia debido al fuerte golpe de calor que había soportado, ya que pasó unas siete horas en el asiento trasero del vehículo instalada en su sillita infantil mientras el padre trabajaba en un restaurante de Escaldes-Engordany.

De acuerdo con las investigaciones policiales, el padre de la pequeña, R.L.D., de 28 años, llevó a su mujer al trabajo hacia las nueve de la mañana y después se dirigió directamente al suyo, olvidándose de llevar a la pequeña al domicilio de la canguro.