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EFE-MANCHESTER
Un informe judicial divulgado ayer sobre Harold Shipman, el famoso «Doctor Muerte» sospechoso del asesinato de al menos 215 de sus pacientes, concluyó que hubo graves errores en la investigación policial. Los informes, encargados por un tribunal de Manchester, denuncian que la primera investigación no detectó las intenciones de Shipman, el mayor asesino en la historia de este país. Según la jueza Janet Smith, directora de la última investigación sobre Shipman, «si la policía y los jueces de instrucción hubieran actuado con más celeridad, las vidas de las tres últimas víctimas de Shipman podían haber sido salvadas».

Shipman, un hombre de apariencia afable y padre de cuatro hijos, fue condenado a cadena perpetua en enero del año 2000 por haber matado a 15 personas con inyecciones letales de heroína durante sus 23 años de carrera profesional. No obstante, una investigación iniciada el año pasado y dirigida por la misma jueza concluyó que sus víctimas habían sido hasta 215 pacientes, de edades comprendidas entre los 41 y los 93 años. El primer informe presentado ayer concluye que los dos detectives que llevaban la investigación en marzo de 1998 eran inexpertos.

El oficial en jefe de policía David Sykes fue «incapaz de ejercer un liderazgo efectivo» y no hizo nada para remediarlo, aseguró la jueza, quien añadió que un oficial de menor rango, el inspector David Smith, cometió «muchos errores», pero no pidió ayuda. Janet Smith explicó que el inspector tenía permiso para «cerrar el caso antes de finalizarlo» y aseguró que éste mintió durante la investigación dirigida por la jueza. Unicamente cuando intervino la magistrada, la Policía de Manchester llevó a cabo una inspección interna y concluyó que se habían cometido «graves errores».