Un joven que hace dos años fue detenido al descubrirse que desde su
ordenador, y a través de la red de internet, ofrecía fotografías de
menores desnudas, ha tenido que realizar un programa de ayuda a la
comunidad para evitar ingresar en prisión. El «internauta» fue
condenado por un delito de pornografía a un año y seis meses de
prisión. El joven, que ahora tiene 23 años de edad, se confesó
culpable del delito y aceptó la pena que pedía el fiscal, que se
reducía a la de 18 meses de reclusión. Esta condena permitía al
juez suspender el ingreso en prisión, ya que el acusado carecía de
antecedentes penales.
Sin embargo, al tratarse de un delito tan grave el juez de lo
Penal número 8 de Palma, que se encarga de ejecutar las sentencias,
propuso una medida que, según señalaron fuentes judiciales, ha sido
pionera en toda España. Ofreció al acusado, que fue defendido por
el abogado Bartomeu Oliver, que realizara un programa de trabajos a
favor de la comunidad y, si aceptaba, el ingreso en prisión para
cumplir los 18 meses de cárcel quedaría suspendido.
Además, debido principalmente a la juventud del acusado, también
le exigió que se sometiera a un tratamiento psico-social. El joven
aceptó estas condiciones que le propuso el juez y realizó una serie
de trabajos en un centro de marginados de Palma. Estuvo colaborando
con unos monitores que se encargaban de ayudar a estas personas sin
techo.
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