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Un niño de dos años murió ayer al mediodía al atragantarse con la papilla. El médico de una ambulancia intentó reanimar al pequeño pero no pudo hacer nada para evitar la tragedia.

El suceso tuvo lugar en un cuarto piso de un bloque de viviendas que se encuentra en el número 14 de la calle Bonaire, en Palma. En esta vivienda reside una familia de origen nigeriano y sobre las 14.30 horas dieron de comer al niño, que poco después empezó a encontrarse mal. Los padres llamaron al Centro de Coordinación de Emergencias 112 y en pocos minutos se personó una ambulancia en el domicilio. También se desplazó a la calle Bonaire una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía para conocer lo sucedido. La familia residió en Sevilla un tiempo y en esa ciudad fue donde nació el pequeño, a quien pusieron el nombre de Manuel, informaron en fuentes judiciales.

El facultativo que acudió al domicilio tan sólo pudo certificar la muerte del niño y poco después se informó de lo sucedido al titular del juzgado de guardia. Los padres, familiares y conocidos que en ese momento estaban en la vivienda se quedaron destrozados. La madre bajó a la calle y al ver que los operarios de la Empresa Funeraria Municipal se llevaban a su hijo sufrió una crisis nerviosa.