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Las autoridades egipcias investigan las causas de la catástrofe aérea en el Mar Rojo, mientras continúa la búsqueda de cadáveres en la zona donde se precipitó el avión chárter egipcio con 148 ocupantes, en su mayoría franceses. Efectivos de las fuerzas marítimas y aéreas, apoyados por más de 40 barcos y cuatro helicópteros, rastrearon desde primeras horas de la mañana el área donde cayó el Boeing 737 de la compañía egipcia Flash Air, en busca de cadáveres y piezas del aparato. El número provisional de fallecidos es de 148. Tanto El Cairo como París descartaron que una acción de sabotaje fuera la causa de la tragedia, la segunda mayor que sufre la aviación egipcia en una década y en la que murieron 135 turistas franceses que celebraron el Año Nuevo en el país norteafricano.

El avión, en el que también fallecieron los trece tripulantes egipcios, cayó al mar unos tres minutos después de su despegue del aeropuerto del balneario de Sharm el Sheij, en la península del Sinaí, con rumbo a París, vía El Cairo.

El ministerio de la Aviación Civil formó tres comités de emergencia, encabezados por el titular de esta cartera, Ahmed Shafic, para esclarecer lo ocurrido y seguir las tareas de búsqueda de cadáveres y piezas del avión que pueden ayudar en la investigación.

«Todavía estamos buscado la caja negra, pero puedo afirmar que en un principio la catástrofe fue causada por un fallo técnico», insistió Shafic desde el lugar del siniestro en el Golfo de Nema, en el este de Egipto, a unos 500 kilómetros al este de la capital. Señaló que los equipos de rescate había encontrado «pocas piezas del avión, objetos personales y algunos restos de las víctimas».

El Golfo de Nema, a unos 15 kilómetros al sur de Sharm el Sheij, es una zona donde la profundidad del mar supera los 800 metros, lo que dificulta las operaciones de rescate, según declaró por su parte el gobernador de la Provincia del Sur del Sinaí, Mustafa Afifi.