El coche de la víctima, un Volkswagen Golf, quedó destrozado. Foto: JOSEP MARIA SASTRE

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Pedro Mas circulaba en un Volkswagen Golf TDI, con placas de matrícula IB-2186-DT, y sobre las once menos cuarto de la noche perdió el control y se salió de la vía por el margen izquierdo. Circulaba por un tramo oscuro de la PM-403, que enlaza Son Servera y Sant Llorenç, y se estrelló contra un talud. El impacto fue tan brutal que regresó a la calzada y, a continuación, volvió a salirse, ya sin ningún control sobre el vehículo.

La víctima había quedado atrapada entre el amasijo de hierros y su vehículo había resultado completamente deformado en la parte delantera y también en la trasera. La primera prioridad de los sanitarios fue intentar reanimar al único ocupante del Golf, que carecía de constantes vitales. Todos los esfuerzos, sin embargo, fueron inútiles y media hora después los médicos firmaron el fallecimiento. Los bomberos consiguieron liberar el cuerpo inerte y también limpiaron la calzada de cristales y líquidos del motor, que se habían desparramado sobre el pavimento y constituían un peligro para la circulación.

Otro conductor que circulaba por aquella vía reparó en un turismo destrozado sobre la vía, que se acababa de estrellar, y pidió ayuda a través de su teléfono móvil. En el dispositivo de emergencia participaron los parques de bomberos de Artà y Manacor, ambulancias del 061, Guardia Civil y Policía Local de Son Servera.

Los agentes del subsector de Tráfico de la Guardia Civil iniciaron in situ una investigación para esclarecer las causas del siniestro y también tomaron declaración a la persona que llamó por teléfono para avisar de lo acontecido. Las primeras hipótesis apuntan a que Pedro Mas circulaba a una velocidad excesiva para las características de la vía y que, tras perder el control posiblemente por un despiste, ya no pudo controlar el volante. La empresa funeraria trasladó el cadáver hasta el cementerio, mientras que Grúas Sangar retiraba el coche siniestrado a un depósito de Manacor.