Actuaron con los rostros cubiertos y cuando tuvieron el dinero en
su poder salieron a la calle y se dieron a la fuga corriendo,
aunque todo parece indicar que tenían un coche en las proximidades
que les estaba esperando. Los empleados del banco activaron los
sistemas de alarma y el Cuerpo Nacional de Policía tuvo
conocimiento, poco después, de lo ocurrido. Varias patrullas se
desplazaron hasta la calle Andrea Doria, y dieron una batida por
los alrededores de Son Dureta mientras los inspectores del Grupo de
Homicidios tomaban declaración a los testigos del atraco.
Los dos delincuentes, al parecer, estaban vigilando el banco
desde hacía un rato y entraron en un momento en el que apenas había
clientes. Tras encañonar a los empleados, exigieron el dinero que
en esos momentos había en la caja, pero tuvieron que contentarse
con unos 500 euros.
Las investigaciones posteriores no permitieron la detención de
los dos sospechosos, que podrían ser los mismos que hace algunos
días atracaron por la noche un salón de juegos de la calle Fábrica
de Palma. En aquella ocasión también iban armados con una pistola y
cubrían sus rostros para no ser reconocidos.
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