TW
0

Un trabajador en el paro de unos 30 años de edad robó en la mañana de ayer unos 2.000 euros de un banco de Sineu, pero no pudo consumar el asalto porque se encontró con un escollo insalvable: el ex alcalde de la localidad, Andreu Matas, que lo tiró al suelo y lo redujo hasta que llegó la Guardia Civil.

Vecinos de la localidad explicaron que sobre las 11.30 horas, aproximadamente, un individuo identificado como Francisco Javier A.M., natural de Cádiz y que en la actualidad reside en Inca, se personó en la sucursal de «Sa Nostra» de Sineu, con la intención aparente de realizar una operación. Al llegarle su turno, se dirigió a uno de los empleados y en lugar de retirar o ingresar fondos, le pidió plásticos en forma de tubo para guardar monedas. En realidad, lo que quería es que el trabajador se ausentara unos instantes para él, sutilmente, introducir la mano en la caja, donde asomaban algunos fajos de billetes. En total, consiguió unos 40 billetes, que sumaban 2.000 euros (332.000 pesetas), y esperó a que el encargado regresara con su pedido. El 'golpe', hasta ese momento, le había salido a la perfección, pero el hurto al descuido fue presenciado por un testigo, el ex alcalde de la localidad.

Andreu Matas, sin dudar ni un momento, alertó al cajero de lo ocurrido: «Te acaba de robar» y a partir de ahí los acontecimientos se desarrollaron de forma frenética. El ladrón, al parecer, había tenido tiempo para ocultar el dinero, y negó de forma categórica aquellas imputaciones. Matas insistió y el empleado confirmó que, en efecto, faltaba una determinada cantidad del cajón. Francisco Javier, al verse acorralado, intentó marcharse de la entidad bancaria, pero fue reducido por el ex primer edil y el trabajador, que lo tiraron al suelo y lo retuvieron, mientras avisaban a la Guardia Civil. Varias patrullas del cuartel de Sineu y la Policía Local acudieron hasta el banco, y se hicieron cargo del sospechoso, que seguía negando el robo. Al final, los 2.000 euros aparecieron ocultos en sus calzoncillos y en un calcetín. El acusado se derrumbó y alegó que estaba en el paro y no había podido resistirse a aquella «tentación».