Familiares de una niña de 17 meses que falleció el pasado el sábado
se personaron ayer los juzgados de Palma e interpusieron una
denuncia contra el hospital de Son Dureta por una presunta
negligencia médica.
Los hechos comenzaron el pasado miércoles. Los padres de la niña
notaron que ésta tenía fiebre y no se encontraba bien y decidieron
llevarla a Son Dureta. Los facultativos diagnosticaron que se
encontraba mal debido a un virus y le recetaron varios medicamentos
para bajar la fiebre. Sin embargo, la menor no mejoró y al día
siguiente los padres volvieron a llevarla al hospital ya que tenía
casi 41 grados de fiebre, tos y bastante mucosidad. Los médicos del
centro, siempre de acuerdo con la denuncia, miraron a la niña y
dijeron a los familiares que regresasen a su casa y siguiesen el
tratamiento.
En la madrugada del día 17 se volvió a repetir la misma
situación. Los padres llevaron a la niña al hospital ya que había
empeorado y los médicos la revisaron y le dieron otro tratamiento.
Acto seguido indicaron a los padres que podían regresar a su
domicilio. Horas más tarde se produjo la muerte de la pequeña. Sus
familiares notaron que estaba atontada y que apenas respiraba y
llamaron al 061 para pedir una ambulancia. Durante el tiempo que
tardó en llegar el vehículo sanitario, se fueron dando
instrucciones a la familia por teléfono sobre lo que debía
hacer.
Los padres le hicieron el «boca a boca» a la niña y comenzaron a
practicarle un masaje cardiaco para ver si reaccionaba. Cuando
llegó la ambulancia, el personal sanitario intentó seguir
reanimando a la niña y la trasladó urgentemente a Son Dureta, donde
no se pudo hacer nada para salvarle la vida. Los familiares
interpusieron ayer una denuncia contra el equipo de guardia de
pediatría del hospital durante los días 14'15 y 17 por una supuesta
negligencia médica ya que, indican, no se le realizaron ni análisis
ni radiografías.
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