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L. PLANAS
El atropello mortal de un niño de 8 años en la carretera entre Palma y Alcúdia a la salida de Inca ha provocado conmoción y preocupación en el municipio. El lugar donde se produjo el accidente se ha convertido en un «punto negro» para los peatones. El edil de Policía de Inca, Joan Deus, recordaba ayer que hace seis meses se produjo otro atropello en el que murió una mujer de 70 años. «La zona es muy peligrosa, allí se encuentra el polideportivo y el instituto, y al otro lado se encuentran un par de comercios y el parque de bomberos», explicó el concejal, quien pidió que «la gente vaya con prudencia, tanto los que cruzan, que no deben hacerlo por allí, como los conductores». Actualmente se encuentra instalado un semáforo señalizado que se activa para dar preferencia a los bomberos cuando han de salir en casos de emergencia. El alcalde de Inca, Pere Rotger, se mostraba ayer conmocionado por la muerte del niño, vecino de la localidad, al igual que el resto del municipio. Rotger manifestó que solicitará al Consell que estudie alguna actuación en el «punto negro», pero solicitó la prudencia de peatones y conductores como medida para evitar accidentes. Rotger dijo que hace tres años solicitó la instalación de un semáforo en el lugar donde ocurrió el accidente, pero que no obtuvo ninguna respuesta.