TW
0

JAVIER JIMÉNEZ-PEP MATAS
El asesino de María Isabel no se tomó ninguna molestia en ocultar el cadáver. Muy al contrario, el cuerpo con la cabeza destrozada de la mujer apareció en medio de un camino de la finca de Es Barranc, en una zona de monte bajo.

Estaba boca arriba, con grandes manchas de sangre, y cubierto por unas bolsas de plástico. Este detalle no pasó desapercibido para los investigadores del Grupo de Homicidios y podría significar, en una hipotética reconstrucción de los hechos, que la vecina de Son Cladera fue asesinada en otro lugar y luego el agresor la trasladó en un vehículo hasta ese punto y la cubrió con plásticos para no manchar los asientos. Sin embargo, tampoco se descarta que fuera asesinada a golpes en ese camino de montaña, y, de hecho, se han encontrado numerosas manchas de sangre en la tierra, la hierba y las piedras que rodeaban el cadáver.

El acceso hasta el lugar donde se encontró el cadáver es posible desde la entrada principal de Es Barranc, cuya verja estaba cerrada pero sin el seguro, o desde los terrenos de la parte de atrás de la finca, cerca de los invernaderos de Son Ferriol. El camino, de tierra y piedras, es de complicado acceso, y un coche utilitario normal tendría problemas para pasar. Lo que parece evidente, con todo, es que el asesino de María Isabel trasladó el cuerpo en un vehículo, porque la mujer era de elevada estatura (más de 1'70 centímetros) y de un peso considerable (más de 80 kilos).