Pero desde hace unos días ha ocurrido lo que los médicos decían
que podía ocurrir sólo como un 'milagro': Indalecio ha recuperado
la consciencia, distingue a los familiares y amigos, razona, tiene
memoria y, lo más importante, recuerda lo que ocurrió aquella
noche. Oficialmente su caso está archivado. Después de que una
patrulla de la Policía Local lo encontrara se hizo cargo de la
investigación la Guardia Civil. Indalecio presentaba tres golpes en
la cabeza y uno de los médicos dijo que había recibido un golpe en
la nuca que fue el que le dejó en coma, con un objeto similar a un
bate de beisbol.
La Guardia Civil, meses después, concluyó que no había pruebas
para inculpar a nadie, y si primero no descartaron que pudo haber
sufrido un accidente después se decantaron porque fue víctima de
una brutal agresión. Tres horas antes de ser hallado en la cuneta
Indalecio estaba en un bar de la calle General Riera, haba bebido
unas cervezas, tuvo una bronca con otras personas y desde el local
se llamó al Cuerpo Nacional de Policía. Dos agentes que declararon
ante la Guardia Civil dijeron que acudieron al bar, le
identificaron y después le dejaron marchar. En esta caso, pues, hay
un espacio de dos horas o más en las que nada se sabe, hasta que se
le encuentra tirado en una cuneta.
Pero ahora, desde hace unos días, Indalecio, que sigue sin
recuperar el habla, sí que mediante una especie de pizarra y con
otros métodos puede dar su versión de lo que ocurrió en este
espacio de tiempo 'perdido'. El caso, pues, tendrá que reabrirse
porque la víctima señala a las personas que le agredieron.
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