El cadáver del conductor, en el suelo en primer término, junto al vehículo empotrado en la pared de la finca sa Torreta. Foto: GUILLEM PICÓ

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A la altura del kilómetro 26,5 el Peugeot 206 adelantaba a tres vehículos que también iban hacia Inca y rozó lateralmente contra otro que venía de frente, en sentido a Palma. Acto seguido, el conductor del Peugeot 206 perdió el control y el vehículo se salió de la vía por el margen derecho, colisionó primero contra la pared de una finca, salió rebotado y se empotró varios metros más adelante contra el muro de piedra y tierra de la siguiente finca, llamada sa Torreta.

El dueño de una de las fincas donde se estrelló el coche explicó: «Se oyó un gran estruendo, salimos a la carretera y había una nube de polvo y dentro del coche estaban los dos hombres bastante mal. Llamamos al 061 y en cuatro o cinco minutos o menos ya había aquí bomberos, ambulancias y Guardia Civil».

El personal sanitario de las ambulancias no pudo hacer nada para salvar la vida de los dos hombres, que tuvieron que ser rescatados por los bomberos. La Guardia Civil elaboró el atestado del accidente y tomó declaración a los ocupantes de los tres vehículos a los que adelantaba el Peugeot 206 y al conductor del coche contra el que rozó. Este hombre, Jaime F.S., de 51 años de edad, viajaba en un Seat Córdoba y no sufrió lesiones graves aunque precisó asistencia sanitaria al encontrarse muy nervioso. Poco después, operarios de la funeraria de Inca retiraron los cuerpos y los trasladaron al depósito de cadáveres.