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Un joven de 18 años que llevaba desde enero internado en el centro de menores de Es Pinaret, en el Pont d'Inca, apareció muerto en la mañana de ayer en su habitación y la Policía Judicial de la Guardia Civil ha abierto una investigación para aclarar las circunstancias del fallecimiento.

Un educador llamó a su puerta a las 8.05 horas y al no obtener respuesta abrió y lo encontró aparentemente sin vida. Los intentos por reanimarlo fueron inútiles y avisó a la pedagoga del equipo técnico para que contactara con urgencia con el 061. La trabajadora, por su parte, dio aviso al subdirector del centro y a un vigilante, que acudieron con el material de primeros auxilios y realizaron la reanimación cardiorespiratoria al joven, sin resultados. A las 8.15 horas llegó la ambulancia, así como la Policía Local y la Guardia Civil de Marratxí, que tampoco pudieron hacer nada por el interno. La víctima estaba recibiendo un tratamiento de metadona ya que, al parecer, había consumido drogas en el pasado, aunque la causa de su muerte podría ser natural. En este sentido, hoy por la mañana está previsto que se le efectúe la autopsia en el anatómico de Palma, para determinar lo que le ocurrió al joven. El fallecido entró en Es Pinaret el 31 de enero pasado, cuando aún tenía 17 años, con una medida judicial de internamiento de un año y cuatro meses de libertad vigilada.

La Conselleria de Presidència del Govern remitió ayer un comunicado en el que se informaba de que el muchacho fue descubierto «con los ojos abiertos» sobre la cama de su cuarto, en el módulo 3, a primera hora de la mañana de ayer.