La Guardia Civil montó un fuerte dispositivo en los juzgados. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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Onofre H.S. se encuentra desde ayer tarde en el módulo de ingresos del centro penitenciario de Palma. Su esposa, Josefa M.C., eludió el ingreso en la cárcel al aducir que tiene que hacerse cargo de tres hijos menores de edad. Del resto de los detenidos, cinco en la operación que llevó a cabo la Guardia Civil de Inca, se encuentran en calidad de imputados y todos quedaron en libertad y a disposición de la autoridad judicial.

Onofre H.S., al que se le imputa un delito contra la salud pública y ser el responsable, junto a su esposa, de un paquete que se ha intervenido y en el que había 473 gramos de cocaína, pasará el fin de semana en el módulo de ingresos y a partir del lunes será examinado por un psicólogo y un educador del centro. Después se emitirá un informe y se le ingresará en el módulo que le corresponda en base al citado informe.

Los siete detenidos en la operación de la Guardia Civil llegaron a media mañana de ayer al edificio de los juzgados de Inca en dos furgones del Cuerpo. Unos habían estado en los calabozos de Inca y dos en los de Pollença. En las afueras de los juzgados se había montado un importante dispositivo para evitar incidentes en el que, además de guardias civiles uniformados, los había de paisano y una pareja de la Policía Local de Inca puesto que, en principio, se pensó en la posibilidad de cortar el tráfico en la calle donde hay una entrada por la parte posterior de los juzgados.

También, en los aledaños del edificio, y desde primera hora de la mañana, estaban sentados en la antigua Plaça dels Porcs (ahora Plaça des Bestiar), familiares y amigos de los siete detenidos. Pasadas las once de la mañana los detenidos comenzaron a prestar declaración, uno a uno, ante la autoridad judicial, y una vez acabadas estas diligencias se dictaron los correspondientes autos para cada uno de los arrestados.