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Baltasar Moragues Llofre, de cuatro años de edad, vivía en Can Picafort con sus padres y el jueves se encontraba en una finca de Selva porque, al parecer, debía pasar unos días con unos familiares.

En la posesión, ubicada en el camino de la Serradora, en la carretera de Inca a Selva, había más niños y en un momento dado el pequeño Baltasar cayó al agua y se ahogó. Cuando sus familiares consiguieron sacarlo de la piscina estaba aparentemente sin vida y los servicios de emergencia fueron avisados para que se trasladaran sin demora hasta esa casa. Guardia Civil, dos ambulancias del 061, Policía Local y Protección Civil, además del alcalde de la localidad, Joan Rotger, acudieron hasta la finca y durante media hora los sanitarios trataron de reanimar a la criatura, cuyas constantes vitales eran casi imperceptibles.

Sobre las nueve de la noche se confirmó el dramático diagnóstico y el juez de paz de Selva también acudió a la posesión, al tiempo que la Policía Judicial de la Guardia Civil abría una investigación para aclarar lo que había pasado. Joan Rotger, el primer edil, declaró ayer que estaba «consternado» por la muerte del niño de cuatro años y confirmó que, en efecto, el pequeño no era vecino de Selva, aunque estaba en casa de unos familiares. «Ha sido una desgracia muy grande y estamos todos muy afectados, es terrible que le ocurra algo así a un niño tan pequeño», manifestó.