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Pedro Giménez García, el sospechoso de los brutales crímenes cometidos sobre dos policías en prácticas en el barrio de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), violó a una mujer durante otro permiso penitenciario. De hecho, Giménez García estaba cumpliendo una condena total de unos 30 años de prisión por dos violaciones. Según las mismas fuentes, el preso, de 35 años, que debía regresar a la prisión de Can Brians en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) tras otro permiso, fue condenado por la primera violación a finales de los años 80. Tras un permiso penitenciario, violó a otra mujer y volvió a ser condenado.

Según las mismas fuentes, el preso hubiera obtenido el tercer grado penitenciario en el año 2005, pero, no obstante, el juez de vigilancia penitenciario le otorgó un nuevo permiso que, según las primeras hipótesis de la policía, habría aprovechado para cometer el brutal crimen de Bellvitge.

Fuentes de la investigación ya insistieron ayer en que el asesino «sodomizó» al menos a una de las víctimas antes de asesinarla a navajazos y utilizó diversos objetos para ello.

Estos datos prácticamente desmotan la tesis de que el agresor conocía a las víctimas. Según las mismas fuentes, el crimen pudo haber sido cometido después de que el asesino se abalanzara sobre la chica que regresaba de la comisaría tras realizar el turno de noche.

Una de las pruebas es que en el lugar de los hechos se halló una factura en el que aparecía el nombre del presunto asesino. Asimismo, también se está analizando restos biológicos del hombre.