Una lancha de siete metros de eslora se incendió ayer por la tarde
en aguas de Portals Nous cuando transportaba a siete tripulantes de
una escuela de buceo, que se lanzaron al mar y ganaron la playa a
nado.
La embarcación, semirígida, había salido de Santa Ponça e iba
cargada de botellas de oxígeno. De repente, ya en Portals, parece
ser que un fallo eléctrico provocó un incendio y el pánico se
adueñó de los tripulantes, que temían que se produjera una
explosión. Luis Quique, el monitor, y los seis madrileños que lo
acompañaban, se lanzaron al mar, mientras la lancha se fue
hundiendo en una zona de poca profundidad, frente al islote de
Portals Nous.
La densa nube de humo negro que causó el fuego alertó a otras
embarcaciones y una de ellas, llamada «polilla» se acercó hasta la
lancha siniestra y sus tripulantes recogieron los equipos de buceo
que habían caído al mar o que seguían atrapados en la semirígida.
El depósito contenía 130 litros de gasolina, pero por fortuna no
ocurrió la temida detonación. Los siete náufragos se encontraban
perfectamente, aunque algo asustados por viaje accidentado.
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