TW
0

El yate «Malarina» yace a 65 metros de profundidad y a un kilómetro de distancia de sa Foradada, después de que un incendio devastara el domingo la embarcación.

Salvamento Marítimo controló durante todo el día la zona del naufragio, para comprobar en primer lugar que no se habían producido fugas de combustible y también para detectar objetos flotantes que supusieran un peligro para la navegación. «El problema de la contaminación está ahí, pero en todo caso sería mínima, porque creemos que casi todo el combustible ardió durante el incendio. Además, este tipo de yates no suelen llevar grandes cantidades en los depósitos», explicó ayer Miguel Félix Chicón, responsable de Salvamento Marítimo en Balears. Ahora será la empresa propietaria de la nave y el seguro quienes decidan si llevan a cabo una operación para reflotar el «Malarina», pero todo parece indicar que las posibilidades son escasas.

Por un lado, el operativo tendría un coste muy elevado y, por otro, el estado del yate es de siniestro total. Sobre las causas que originaron el fuego, de momento todo son hipótesis, ya que los técnicos no han podido inspeccionar los motores del yate, donde empezó el humo. Con todo, se da casi por seguro que se trató de un cortocircuito. La embarcación, de reciente construcción y valorada en más de 360.000 euros, navegaba el domingo al mediodía entre el Port de Valldemossa y sa Foradada, con un capitán y cinco tripulantes a bordo. El tiempo era espléndido, con temperaturas muy elevadas y el mar completamente en calma.

No obstante, un humo al principio blanco inquietó al capitán, que no pidió ayuda hasta que la humareda se tornó negra y comenzó a ser preocupante. Cuando llegaban los equipos de rescate y particulares con embarcaciones los tripulantes se lanzaron al agua y fueron recogidos en perfecto estado. El fuego fue destruyendo el barco y duró del mediodía a las seis de la tarde, cuando el «Malarina» zozobró y quedó depositado sobre el lecho marino, a 65 metros de profundidad.