El trabajador, muy preocupado, se alejó de la caseta y dio aviso
del hallazgo. La Policía Local de Inca tuvo conocimiento de la
aparición del artefacto, pero fue la Guardia Civil quien se hizo
cargo de las decisiones posteriores. Los agentes comprobaron que,
en efecto, se trataba de munición para mortero de 120 milímetros y
solicitaron la presencia de los Gedex (Grupo Especial de
Desactivación de Explosivos) de la Comandancia de Palma. Mientras
tanto, la zona fue acordonada y se desalojaron dos fábricas de
zapatos, un supermercado y un concesionario de coches. En total,
salieron a la calle unas 300 personas, que esperaron a que se
normalizara la situación. La mayoría estaba confiada en que no
ocurriría nada, pero otros no podían ocultar su preocupación.
Los artificieros de la Benemérita adoptaron todas las medidas de
seguridad necesarias en este tipo de incidencias y se acercaron a
la caseta con precaución. Sin embargo, ya desde el principio se
comprobó que el proyectil carecía de carga explosiva y que, por
ende, se trataba de una carcasa inofensiva. La pieza fue trasladada
hasta las dependencias de la Comandancia de Palma para su posterior
examen, según confirmaron en fuentes de la Oficina Periférica de
Comunicación (OPC). Sobre las once de la mañana, una hora después
de que la entrada de Inca quedara acordonada, se normalizó la
situación y se reabrió el tráfico.
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