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Alexander Bellini, un aventurero italiano de 26 años, volvió a nacer ayer por la mañana en aguas de Formentera. «Papá he naufragado, he podido morir pero no ha sucedido nada, no, aunque de la barca no ha quedado nada» explicaba excitado a su padre mediante un móvil que le había facilitado el Centro de Salud de Formentera para ponerse en contacto con su familia.

Alex llevaba en ese momento cerca de dos horas en el CS de Formentera donde había sido atendido de hipotermia, aunque sin fracturas ni lesiones de ningún tipo, mientras que su embarcación impulsada a remos había quedado hecha pedazos en las rocas de la playa de Llevant.

Dos turistas que paseaban mirando el temporal de levante en esa zona fueron los que pudieron alertar a la Policía Local y la Guardia Civil para que acudiera a atender al náufrago que se encontraba en la playa e intentaba salvar su embarcación que acabó diseminada en la arena de Llevant.

Así finalizaba una aventura que se inició a finales de octubre en Génova y que debía culminar con un viaje transoceánico hasta Puerto Callan, en Brasil en una embarcación de siete metros de eslora y fabricada en fibra de vidrio.