En el edificio municipal de Na Batlessa entró hasta un metro y 30 centímetros de agua. Foto: MARIA PUIGRÓS

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JAVIER JIMÉNEZ-MARIA PUIGRÓS
La Guardia Civil tuvo que desalojar dos casas de la calle Jaume II, que se estaban inundando. En una se encontraba un matrimonio y sus dos hijos, y en la otra una anciana, muy asustada. Los bomberos de los parques de Artà, Can Picafort y Manacor se vieron desbordados por los achiques, que se sucedieron en las horas siguientes. En Artà, la zona de Na Padàs quedó incomunicada y el edificio municipal de Na Batlessa registró casi un metro y 30 centímetros de agua en sus paredes. En la joyería de Can Torres el sótano resultó inundado, con el consiguiente perjuicio económico porque allí se almacenaba abundante material para la venta.

El alcalde de la localidad, Rafael Gili, visitó las casas y los edificios afectados, y explicó que habían caído unos 120 litros por metro cuadrado, un auténtico aguacero. En el polideportivo del pueblo el agua se coló en grandes cantidades y un grupo de jóvenes colaboraron en las tareas de limpieza. La maquinaria de la piscina quedó afectada por las filtraciones y estará una semana fuera de servicio. En la calle Ciutat numerosos comercios y plantas bajas resultaron damnificados por las lluvias, que descargaron en pocas horas de manera torrencial.

Una pared junto al instituto Llorenç Garcías i Font cayó y algunos árboles, sobre todo en la zona de Betlem y sa Colònia, se desplomaron. En el resto de la Isla también llovió, incluso de forma copiosa en algunas localidades (caso de Santa Margalida), pero la situación no se descontroló. En Palma se registraron precipitaciones durante toda la madrugada y por la tarde, a las 19.00 horas, volvió el agua. En Sóller también cayó con intensidad y los torrentes bajaban con mucho caudal. En Escorca diluvió y en la zona de sa Calobra hubo algunos desprendimientos.