Cinco radares fijos en el Passeig Marítim de Palma, cámaras de
vigilancias en cruces y rotondas, paneles de señalización en las
principales carreteras... La Jefatura de Tráfico de Balears está
ultimando para 2005 una batería de medidas para reducir la
siniestralidad, en un año que finaliza con una cifra oficial de
fallecidos muy similar a la registrada el período anterior.
Francisco Ruiz de Peralta, el máximo responsable de la Jefatura
de Tráfico, hizo repaso ayer de 2004, y lo definió como «un año de
altibajos, irregular, pero tampoco el peor que se recuerda». Según
el mandatario, «el año empezó muy mal, con 17 muertos en el mes de
enero, una cifra tremenda. Siguió con esa tendencia hasta que llegó
el verano. Curiosamente es en esos meses cuando hay más víctimas
mortales, pero por fortuna la tendencia se invirtió». A fecha de
ayer, en la Jefatura de Tráfico había contabilizados 117 fallecidos
en accidentes de tráfico en 2004, mientras que en 2003 el número
fue de 118. Sin embargo, esos datos no tienen en cuenta las
víctimas que perecen a las 24 horas del siniestro, y que este año
han sido más de una docena.
Ruiz de Peralta también se refirió a la campaña que se ha
realizado entre los días 10 y 20 de diciembre, con controles
masivos en carreteras y autopistas: «Ha habido 136 denuncias contra
conductores que circulaban bajo los efectos de alcohol, de una
cifra total de 7.994 pruebas que se han efectuado. Eso supone que
un 1,7% de los conductores iban bebidos. Puede parecer un número
pequeño, pero 136 personas que incumplen la normativa son muchas
personas».
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