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Mallorca dispondría de 20 minutos para poder reaccionar ante un maremoto provocado por algún seísmo que se produjese en la costa de Argelia, según un informe técnico realizado por el Govern y que ha servido para elaborar el Plan Especial de Emergencias Sísmicas homologado por el Gobierno central a principios de este mismo mes. Sin embargo, los estudios del Ejecutivo subrayan que los efectos de un seísmo en Balears serían «bajos o moderados» y es prácticamente imposible que un maremoto provocase los mismos daños ocurridos en Asia. El primer paso que daría el Govern en caso de un maremoto sería avisar a los distintos puertos de Balears. Posteriormente se comunicaría la situación a las distintas policías locales. Si el maremoto se produjese en verano, el primer objetivo sería desalojar en 20 minutos las playas de las islas ya que se convertirían en las zonas más vulnerables. El protocolo de actuación en caso de un seísmo está reflejado en el Plan de Emergencias.

Según el documento que acaba de realizar el Govern, la sismicidad de Balears debe considerarse «baja-moderada», aunque «ciertos casos sismos de magnitud elevada pero relativamente lejanos pueden producir daños en las Islas debido a ampliaciones de las ondas».

Por orden cronológico, los seísmos que han causado algún daño son los de Sineu y centro de Mallorca (14 de octubre de 1827), Palma y alrededores (16 de junio de 1835), Palma-Marratxí (15 de mayo de 1851), Palma-Marratxí (7 de junio de 1851) y Ciutadella (20 de julio de 1912). De estos cinco terremotos, el de mayor importancia fue el que se produjo en Palma y Marratxí, que se notó en casi toda Mallorca y en Cabrera. Este seísmo no causó desgracias personales pero agrietó gran parte de los edificios de Palma y Marratxí, así como muchos inmuebles de Santa María, Santa Eugenia y produjo desprendimientos en la Serra de Tramontana.