Al menos 120.000 personas murieron por los «tsunamis» en el sur de
Asia y, cuatro días más tarde, la preocupación se centraba en los 5
millones de desplazados, según la OMS, a menudo desamparados, sin
alimentos o agua potable y, por ende, vulnerables a las
enfermedades.
Frente a la amplitud de la catástrofe, se asiste a una
movilización internacional sin precedentes. Ya se liberaron más de
340 millones de dólares y los gobiernos occidentales estudian
aliviar la deuda de los países devastados. Las organizaciones no
gubernamentales continuaban enviando el jueves material en la
región.
Sin embargo, esos esfuerzos no alcanzan a cubrir las
necesidades, ya que Naciones Unidas pidió una ayuda de más de 1.600
millones de dólares. El Banco Mundial anunció que liberará unos 250
millones de dólares. Por otra parte, El hallazgo de dos españoles
sanos y salvos en Tailandia e Indonesia redujo a once el número de
nacionales desaparecidos aún en el área afectada por el seísmo del
sur de Asia, mientras desde instituciones y ONG aumentan las ayudas
destinadas a la zona para paliar los efectos del desastre. El
ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, anunció
ayer que dos de las personas desaparecidas, Ricard Rafols e Isabel
Paradela, fueron encontradas en Tailandia e Indonesia, por lo que
todavía quedan once españoles por ser localizados. El consejo de
Ministros español aprobó ayer una ayuda de 50 millones de euros
para los países afectados.
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