Carlos Valencia, investigador privado y una de las cuatro personas
absueltas por el llamado «caso juego», ha presentado una querella
criminal ante el Juzgado de Instrucción 9 de Palma. Valencia
entiende que a raíz de abrirse el «caso juego», ha sido víctima, o
han incurrido los querellados en los siguientes delitos: Detención
ilegal, secuestro, simulación de delito, denuncia falsa, asociación
ilícita, contra las garantías constitucionales, revelación de
secretos, tortura, violación del domicilio, omisión de socorro,
tráfico de influencias, falsedad documental y falso testimonio.
La querella está dirigida contra un funcionario de la CAIB que
era el jefe de la Sección del Juego, un político de Cort (José
Manuel Sierra), diez funcionarios del CNP y contra una funcionaria.
En la querella se desgrana lo que se entiende fueron actuaciones
delictivas de cada una de las trece personas. En total, el
querellante imputa un total de 55 delitos, que conllevarían
condenas mínimas de cárcel de 135 años, y máximas de 277, y penas
de inhabilitación, mínimas de 344 años y máximas de 583. Los hechos
que dan lugar a la querella tiene su orígen «en una más que
irregular detención» de Carlos Valencia.
A lo largo de 66 folios se escribe sobre intereses creados en el
juego en Balears, dando a entender que fueron los que propiciaron
la detención del querellante. Tras presentar la querella Valencia
ha entregado una copia al delegado del Gobierno en Balears,
adjuntando un escrito en el que señala que «cuando se iniciaron los
hechos denunciados ahora fui amenazado de muerte de manera anónima
sin que esa denuncia mereciera la más mínima investigación. Ante la
posibilidad de que esas amenazas se volvieran a repetir ahora, le
ruego ordene que se adopten las medidas oportunas a fin de proteger
mi vida y mis bienes».
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