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Hoy a las cuatro de la tarde el avión con una tonelada y media de ayuda mallorquina partirá con destino al sudeste asiático, transportando un hospital de campaña, una planta potabilizadora, leche infantil, pañales y medicamentos. Se trata del primer envío masivo de ayuda humanitaria y los responsables del operativo esperan que no sea el último.

Todo el material recogido hasta la fecha ha permanecido almacenado en una nave industrial de la calle 16 de Julio, en el polígono de Son Castelló. «Vamos a enviar 600 kilos de leche infantil y de pañales, porque una parte muy importante de los damnificados son menores o incluso bebés», explicó Joan Segura, director técnico de Apotecaris Solidaris. En el resto de las cajas amontonadas en el polígono hay, sobre todo, medicamentos básicos, desde analgésicos o antibióticos a pomadas o gasas. El motivo es que miles de damnificados han resultado heridos a causa de la gran ola, y otros han contraído infecciones por la precariedad de los alimentos o el agua. En este sentido, los Bombers Sense Fronteres, en colaboración con Bomberos en Acción, han conseguido una planta potabilizadora, de reducidas dimensiones y gran utilidad, que saldrá en el avión que hoy despega con destino a Banda Aceh, en Indonesia. El sargento de los bomberos de Palma Andreu Munar ha realizado a lo largo de estos días ímprobas gestiones para reunir el material necesario y tenía previsto tomar ese vuelo, pero una lesión fortuita de última hora podría obligarle a cambiar de planes. En total, pues, será una tonelada y media de material la que se embarque en el vuelo de Futura y en los envíos próximos podrían incluirse otras plantas potabilizadoras, según confirmaron en las organizaciones humanitarias consultadas.

Otro problema añadido, además del desastre sanitario, es que miles de hectáreas quedaron anegadas por el agua y cuando el mar se retiró la sal quemó cultivos y condenó parcelas de grandes extensiones, vitales para la supervivencia de muchas poblaciones. El panorama es tan desolador que las imágenes que nos llegan del sudeste asiático no ofrecen la dimensión real de la catástrofe: «Allí falta de todo y estamos trabajando contra reloj para enviar ayuda lo más rápido posible», explicó Segura. Desde la asociación Ayuda en Acción se informó ayer que están trabajando «para paliar el sentimiento de culpa y las secuelas psicológicas entre los afectados por el tsunami». Y en Calvià cincuenta asociaciones y entidades sociales del municipio integran la plataforma ciudadana de ayuda a las víctimas. Entre otras iniciativas, se celebrará un maratón solidario y se instalarán huchas en comercios, hoteles y grandes superficies.