Esa es, en síntesis, la conclusión de la autopsia efectuada al
cadáver, según informaron ayer a este periódico fuentes judiciales
y de la investigación. Lo más concluyente del informe elaborado por
los médicos forenses de Manacor, Emilia Salas y Javier Alarcón, es
que la etiología de la muerte es homicida, en base al golpe en la
cabeza.
Con respecto a que Veronika Kovaloska no se precipitara por el
balcón, de unos siete metros de altura, este dato se deduce de la
no presencia de fracturas en el cuerpo, que así deberían avalarlo.
En la edición de ayer ya se informó de esta posibilidad, en base a
los nuevos datos que los investigadores estaban recogiendo en el
lugar donde ocurrieron los hechos. Así, el domingo se barajaba la
hipótesis de que la joven cayó desde el balcón del segundo piso. En
una de sus manos se encontraron restos de una sustancia verdosa,
por lo que se analizó la barandilla del balcón por si se podía
confirmar este dato, que no se confirmó. Sin embargo, al día
siguiente sí que se comprobó que dichos restos eran del seto que
hay justo al lado de donde murió la joven, al que se habría
agarrado con una de sus manos.
En base pues, a los resultados de la autopsia, todo indica que
la joven fue agredida en el transcurso de una discusión que se
habría iniciado en el interior del apartamento. Después intentó
huir -de ahí las voces que los vecinos decían haber escuchado
procedentes de la escalera- y una vez en el exterior, y cuando se
dirigía a la salida del complejo, es donde pudo haber recibido el
golpe que le produjo la muerte. El lugar donde poco después murió
coincide en que está situado bajo el balcón del apartamento donde
residía con su compañero sentimental. De ahí que en principio se
barajara la posibilidad de un suicidio.
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