El interrogatorio fue muy tenso y largo, y al final arrojó
resultados «muy satisfactorios». Sin embargo, el jefe de la Policía
Judicial quiere comunicar hoy por la mañana a la jueza encargada
del caso los resultados de las diligencias, y por tanto no se
ofreció ayer una confirmación oficial de la supuesta confesión de
Pedro Antonio. El joven volvió a ser trasladado, a las 20.00 horas,
hasta el cuartel de Artà, fuertemente custodiado, y a las diez de
la mañana de hoy está previsto que preste declaración ante la
autoridad judicial.
El joven permaneció recluido en el cuartel de la Guardia Civil
de Artà desde que el pasado domingo se le imputó formalmente la
muerte de su novia. Por la tarde fue trasladado hasta el
acuartelamiento de Manacor, donde dio inicio el interrogatorio. Los
agentes contaban con la ventaja de conocer ya los resultados de la
autopsia, que descartaban que se hubiera tratado de un suicidio, y
presionaron a Pedro Antonio para que confesara su supuesta
participación en los hechos. Fuentes próximas a la investigación
explicaron que el joven dudó y ofreció versiones contradictorias, a
pesar de que en un principio insistió en su versión de los hechos:
es decir, en que Veronika se precipitó desde el segundo piso del
apartamento de Cala d'Or con la intención de quitarse la vida.
El acusado tiene un carácter «frío» y en los primeros momentos
de su detención no colaboró demasiado con los agentes, y se limitó
a insistir en que su novia había fallecido al arrojarse desde el
segundo piso. El móvil del crimen no está todavía determinado con
total seguridad, pero todo parece indicar que podría tratarse de
celos. De hecho, la pareja riñó esa madrugada y hay testigos que
vieron cómo él se marchaba de un bar tras la pelea. Veronika
regresó al apartamento después, ya casi de día, y fue entonces
cuando según la versión de Pedro Antonio se lanzó al vacío.
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