Los bomberos de Llucmajor regresaron ayer al recinto porque las llamas se habían reavivado. Foto: CIM

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JAVIER JIMÉNEZ-JOSEP M.SASTRE
A eso de la medianoche del viernes un videoaficionado estaba apostado muy cerca del instituto de Santanyí, para filmar un rally. De repente, una detonación llamó su atención y cuando se giró captó cómo unas llamaradas se extendían por la zona de la biblioteca del instituto.

Las fuentes consultadas indicaron que todavía es pronto para extraer conclusiones, pero que existen sombras sobre el origen del fuego. El oficial Domínguez, jefe de la Policía Local, ha dispuesto un operativo de 24 horas de vigilancia en el instituto durante el fin de semana, para que nadie pueda entrar en las instalaciones y alterar las pruebas. Dentro y fuera del edificio hay dos cámaras de seguridad, colocadas para prevenir robos. Sin embargo, ninguna de las dos estaba en funcionamiento cuando se declaró el desastre. La explicación a esta circunstancia no ha trascendido.

Hoy por la mañana, a primera hora, los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil se harán cargo oficialmente de las diligencias y realizarán la primera inspección ocular en el instituto de Santanyí. Los expertos en incendios llevarán a cabo un extenso reportaje fotográfico, analizarán dónde comenzó el fuego y buscarán, sobre todo, el origen de las llamas. El recinto era relativamente nuevo -había sido inaugurado hacía seis años- y tiene calefacción central, por lo que no hay estufas. Fumar está prohibido y a las 20.00 horas se cierran las instalaciones.

El fuego se declaró pasada la medianoche y comenzó en la biblioteca, compuesta por unos 13.000 títulos. El papel, altamente combustible, sirvió como acelerante accidental y las llamaradas se propagaron al piso superior, donde había una veintena de ordenadores y mobiliario de estudio. Las temperaturas que se alcanzaron fueron tan extremas que algunos tabiques cedieron y aún existe riesgo de nuevos derrumbes. Ayer por la mañana, a eso de las 8.00 horas, los rescoldos que seguían activos se reavivaron y el humo fue detectado por los agentes que estaban de guardia de la Policía Local. Los bomberos del parque de Llucmajor fueron movilizados y un camión regresó al instituto, para sofocar el nuevo foco. Las tareas de extinción fueron sencillas y duraron una hora. Tras arrojar ingentes cantidad de agua la situación quedó de nuevo bajo control.