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EFE-JAPÓN
Una persona murió y centenares resultaron heridas a causa del fortísimo terremoto de 7 grados en la escala de Richter que sacudió ayer la isla de Kyushu, en el suroeste de Japón, y que paralizó el tráfico aéreo y ferroviario en la región.

El seísmo estremeció la parte occidental de la isla a las 10.53 hora local y afectó a las provincias de Fukuoka, Saga y Nagasaki. La alerta de peligro de «tsunamis» (olas gigantes) que se dio en un comienzo se levantó al mediodía, después de que pasara más de una hora desde que se produjera el movimiento telúrico. Según la agencia de noticias Kyodo, la víctima mortal es una mujer de 75 años que pereció en un hospital de Fukuoka a causa de las heridas recibidas al ser aplastada por un muro.

Más de 400 personas han ingresado en los hospitales de Kyushu con cortes por cristales, heridas producidas en caídas y traumatismos sufridos al ser golpeados por algún objeto que se desplomó por los fuertes movimientos telúricos. Poco después de que se produjera el terremoto de 7 grados se registró una fuerte réplica de 4,7 grados en la escala abierta de Richter y posteriores temblores de mucha menor magnitud. El epicentro del terremoto se localizó a unos diez metros de profundidad frente a las costas de Fukuoka.